Cruzar el umbral de la puerta de Goya Gallery Restaurant es siempre un gran honor y un enorme placer. Sabes que una vez dentro del salón, solo cabe disfrutar de una buena compañía, un perfecto servicio de sala y una gastronomía muy personal que dirige mi amigo Fernando Navarro. La de ayer fue una visita muy especial, otro buen amigo, al que tengo la escasa fortuna de verlo a menudo, hizo una escala en Valencia para que pudiésemos vernos y disfrutar durante un rato alrededor de la buena mesa, de la que los dos, somos unos auténticos enamorados.
Mi amigo, Nacho Sandoval, que reside actualmente en Madrid, es un gran comunicador, un trabajador incansable capaz de unir restaurantes, productores y lo que haga falta, en cualquier parte de España, en pos de un proyecto gastronómico. Cualidades tiene muchísimas, pero quizás la mejor de ellas sea su sencillez, su lealtad y su gran corazón. Me hizo mucha ilusión el encuentro, aunque por culpa de tener ambos una agenda abultada no pudíesemos dedicarnos más tiempo. Pero bueno, estar con Nacho y verlo siempre tan entusiasta borra cualquier culpa de abandono del trabajo y produce una inyección de adrenalina para el resto del día.
Como siempre Fernando nos recibió con los brazos abiertos. Es es así, un tío fantástico que agradece enormemente el gesto de visitarlo. El Restaurante como siempre estaba lleno y no pudimos conversar como nos hubiera gustado, pero aun así y a pesar del trabajo nos dedicó unos valiosísimos minutos. Me encantó que pudiese conocerlo Nacho, que en seguida aprecio en Fernando sus grandes cualidades, y es que Nacho como no podía ser menos es un magnífico observador. Poco después pasamos a la acción y por sugerencia de Fernando degustamos algunos de sus platos: alcachofa confitada, unas fresquísimas cocochas, croqueta líquida de pularda, unas paletillas de conejo, con pimentón de la vera, higaditos y tomate seco y un arroz de carabineros espectacular. Como colofón una suculenta tarta de queso y una versión de los pastelitos de boniato con helado de castaña (de diez).
Doy las gracias a Nacho por la deferencia de su visita y a Fernando por la amable acogida que siempre dispensa a los amigos.