Chimo Bayo y Antonio Arráez nos presentaron estos días su nuevo vino «HU-HA», como ellos lo han bautizado «el primer techno-vino de España». Elaborado a partir de la variedad Bobal se trata de un vino cañalla y atrevido , en la línea de otros formatos de la Bodega como Mala Vida» ´Vivir sin Dormir´, ´Bala Perdida´, ´Vividor´ o ´Cava Sutra». Arráez continúa el camino que inició en 2007 bajo la filosofía de hacer llegar el vino a un público que no necesitara entender sobre el mismo para disfrutarlo en cualquier ocasión, especialmente el público joven. Este nuevo vino canalla, como lo denomina Arráez ya ha conseguido nada más salir al mercado una venta de 20.000 botellas. Esta acertada simbiosis de músico y bodeguero es un proyecto personal de «Carolina Taravilla Utiel», actualmente product manager de varias empresas y responsable de múltiples proyectos publicitarios. Carolina trabajó en los espectáculos musicales de Chimo en su época de mayor esplendor y conserva con Él una gran amistad. Hoy dedicada a las relaciones públicas, propuso, hace unos meses, este proyecto tanto a Antonio Arráez como a Chimo Bayo, que desde el primer momento le vieron muchísimas posibilidades y decidieron apostar por él.
Sin duda Chimo Bayo es intemporal y forma parte intrínseca de la movida valenciana, un movimiento que nada tiene que envidiar a la famosa movida madrileña. Sus trabajos de DJs en los 80, dejaron un grandísimo recuerdo, su forma de entender la música, especialmente la electrónica causaron furor en aquellos maravillosos años. En 1987 sorprendió a propios y extraños con su primer disco «Así me gusta a mi» con el que vendió más de un millón de copias por todo el mundo, llegando incluso a ser nº 1 de ventas en Japón e Israel. Fue el maxi sencillo más vendido en la historia de España. La cantante israelí Dana International hizo un sampling de esta canción en su éxito Saida Sultana de 1993. Chimo consagraba de este modo una forma de entender la vida nacida en la llamada Ruta del Bakalao. Chimo siguió en la estela lanzando otros discos desde su propia productora Raya Records (Valencia), que seguirían la estela de su primer maxi-single.
Su creciente popularidad le llevó a comenzar una gira de más de 100 actuaciones por Europa y, posteriormente, por Asia. Destaca la actuación en Japón ante más de 55.000 personas en el Tokyo Dome.5
Para quien no la haya vivido, diremos que la Ruta del Bakalao la conformaban varias discotecas valencianas, la mayoría de ellas en los términos del Saler, el Perelló o Sueca. Quizás las más recordadas sean Chocolate, Calavera, Spok Factory o Barraca, aunque algunas que no estaban en estos términos municipales como Espiral también tuvieron una gran importancia. Era frecuente la presencia de chicas y chicos que venían de Madrid, Barcelona, Zaragoza y de otras partes de España para disfrutar del fin de semana bailando en las discotecas de nuestra ruta. Muchos de ellos llegaban el mismo sábado y se iban el domingo de madrugada.
Barraca era por aquel entonces la decana de la ruta. En ella, Carlos, llamado también el «hombre música» provocaba un auténtico frenesí en la pista de baile cuando pinchaba. Los temas de The Clash, David Bowie, Richy Havens, Police, The Human Leage y otros que no sonaban aún en ninguna otra discoteca española eran una auténtica provocación para los cientos de visitantes que recibia cada fin de semana. Sobre las 6 de la mañana y al son del May Way de Nina Simone se cerraba la discoteca. Este tema de Nina, se convirtió para esta generación en todo un himno, hasta tal punto que al cantar esta canción, en una actuación que la cantante hizo en la Plaza de Toros de Valencia por aquellos años, el público se puso en pie coreándola y Nina no pudo reprimir unas lágrimas de emoción. Se dio cuenta del enorme cariño que le teníamos todos los valencianos. Más tarde declararía que en ningún sitio del mundo le había pasado nada parecido.