Por más vueltas que le he dado no encuentro un calificativo que pueda definir mejor a esta gran despensa de los mercados valencianos que el título que acompaña a esta crónica. Productos fresquísimos llegados de todos los lugares del mundo que en poco más de tres horas habrán sido adquiridos por los habituales compradores de esta gran planicie. La acelerada actividad comercial debido al escaso tiempo disponible y el frenético ir y venir de camiones de mercancías son la nota dominante de mi visita a las instalaciones.

Doy las gracias a Paco Alonso, Cova y compañía por brindarme esta oportunidad de acercarme de nuevo a Mercavalencia. Ya había estado en ocasiones anteriores hace años, pero no llegue a conocer como hoy los entresijos que envuelven esta  grandísima muestra de nuestro sector primario.

Comenzamos nuestra visita en la nave de los pescados y mariscos. Una macrosuperfície que alberga  productos de innumerables caladores de mares y océanos. Merluzas, meros, rodaballos, rapes, lenguados, langostas, bogavantes, sepia, calamares, bacalao son sólo una muestra de una gran oferta existente en este espacio. Llama la atención la vidriosidad de los ojos de  los pescados, los cuales parecen preguntarse extrañados del cambio de sus aguas saladas por estos estrechos recipientes, nota inequívoca de la frescura de los mismos. Algunas de las especies como los bogavantes,  cigalas, bueyes de mar o  langostas se remueven enérgicamente dentro de sus cubetas en un estéril  intento de escapar de ellas.   En la misma nave algunas empresas  ofertan también sus congelados.  Esta mezcla de productos frescos e industrializados  ofrecen al comprador la oportunidad de  escoger entre una gran variedad de precios y calidades. Me dan ganas de llevármelo todo, pero recuerdo las escasas dimensiones de mi frigorífico y desisto de hacerlo.

Seguimos la visita en el mercado de frutas y verduras al por mayor , una excelsa exposición  protagonizada por empresas y comisionistas que alberga frutas, verduras y encurtidos de muy variada procedencia. Me llaman la atención la fuerte presencia de  productos de origen latino casi desconocidos como la guanábana, maracuyá o la  guayaba y la extensa oferta de productos ecológicos, cada vez con más adeptos entre los consumidores, que se muestran con orgullo entre tanto competidor. Los accesos a las instalaciones están flanqueados por muelles en el que los camiones cargan o descargan en un breve periodo de tiempo. La excelente organización y la celeridad de los operarios son otra de las notas destacadas de esta nave. Para la compra en este lugar la negociación es clave ya que el precio depende en gran medida de la cantidad de productos que estés dispuesto a llevarte.

Por último visitamos  la TIRA DE CONTAR, una nave de 10.000 metros cuadrados donde los  agricultores venden directamente los productos que recolectan de sus campos. Aquí las frutas y verduras se venden en cantidades más pequeñas que en la nave anterior. No hay comisionistas ni intermediarios, el visitante tiene un trato directo con el dueño de los productos y la ventaja de comprarlos en su máximo esplendor. Lo de la tira de contar se debe a que tradicionalmente los productos se vendían por cajas y no por kilos,  por lo que a la hora de pagar se contaban las cajas y se establecía un precio por la compra, precio que iba mejorando a medida que se aumentaba el número de cajas compradas. Era una negociación directa que te aseguraba los mejores productos  al mejor precio.   Si el trueque de los productos en los mercados marco un hito, este tipo de venta viene a refrendar los principios del libre mercado,  donde el comprador  sale beneficiado cuando el producto escasea, porque puede subir su precio o el cliente puede influir notablemente en el precio debido a la cantidad de compra o la elección de otro vendedor cuando el producto no escasea.

A las 6:30 terminamos la visita. En poco más de treinta minutos no quedará rastro de los productos que hemos visto, los miles de compradores que visitan este mercado han aprovechado bien las 4 horas de su actividad. Ahora limpieza y a esperar la próxima madrugada en donde todo volverá a comenzar.
Me voy con varias asignaturas pendientes como son la visita a la nave de las carnes y a la de Iberflora que son tan importantes como extensas,  lo cual hace inviable su visita dentro de esta jornada. Me prometo a mí mismo volver en un corto periodo para conocer más a fondo aquello que hoy no he podido ver.

Gracias a la dirección de Mercavalencia por la atención recibida y el excelente trato que nos han dispensado y darles la enhorabuena por la labor que llevan a cabo y que hace posible el buen funcionamiento de esta gran despensa.