COMER EN VALENCIA .-Laudum Roble de Bodegas Bocopa

Ayer se presentó en un hotel de la Avenida de Francia (Valencia), el nuevo producto de Bodegas Bocopa, Laudum Roble, un vino al que se ha realizado una criomaceración prefermentativa y una posterior fermentación a temperatura controlada. Tras la maloláctica se ha criado durante cuatro meses en barricas de roble francés, americano y húngaro. Un caldo elaborado con las variedades de monastrell 70% (cepas con 40 años) y syrah 30% (cepas con 15 años). Con un formato muy novedoso, su botella simula una columna de la arquitectura romana clásica, está llamado a posicionarse como uno de los mejores vinos de su segmento.

Según palabras del Director General de Bocopa, «este vino sorprenderá por su riqueza de matices y su excelente calidad. Elaborado a partir de uva ecológica presenta aromas de higo, pastelería, balsámico y violetas. Sus uvas son escrupulosamente seleccionadas de los viñedos de la Montaña de Maigmo a más de 500 metros de altitud y del Vinalopó, presentando las características propias de vinos de montaña bañados con aire del mediterráneo».

Durante el acto, se presentaron las nuevas añadas de sus conocidos Marina Alta (100% moscatel de Alejandría) Laudum Chardonnay (100% chardonnay), Marina espumante (100% monastrell) y el Fondillon 1987. Después de la degustación de los vinos citados, llegó el protagonista de la noche, el nuevo Laudum Roble que cumplió con las expectativas previstas, sorprendiendo muy gratamente a todos los que estábamos presentes.

Se trata de un vino fresco, que puede maridar perfectamente con una amplísima variedad de platos: tapas, embutidos, o jamón, quesos o pasta, carnes blancas, rojas, guisadas y estofadas. Para paellas y arroces también es buena elección.

Notas de cata: Color: Intenso color rojo cereza adornado de tonos violáceos.

Nariz: profundo aroma en el que se distinguen notas de violetas rodeadas de un fondo de frutas negras maduras, especias y toques balsámicos, y tonos a dátiles, higos y pastelería.

Paladar: En boca se muestra estructurado y sumamente afrutado. Su tanino maduro recuerda un tacto aterciopelado y garantiza una larga vida a este vino. Un final largo impregna el paladar de notas especiadas, balsámicas y minerales.