Sin duda la riqueza gastronómica valenciana es uno de los atractivos turísticos de primer orden, provocando millones de visitas todos los años. Desgraciadamente este 2020, con la aparición del Covid ha cambiado sustancialmente este escenario turístico.
Aunque las recetas sean similares cada uno de nuestros pueblos le da un matiz distinto debido a su costumbrismo culinario. L’alcúdia no es una excepción y también incorpora sutiles cambios con algunos de nuestros arroces más conocidos o el puchero valenciano. En esta localidad hay establecimientos que siguen la tradición gastronómica con un gran respeto por sus raíces, entre ellos el Restaurante Miguel y Juani uno de los locales mejor considerados del municipio. Sus propietarios regentan además un Hostal con el mismo nombre.
Sus propietarios siempre apostaron por los productos locales, verduras, hortalizas, frutas, etc. La temporalidad y la compra de los productos frescos del mercado marcaban la oferta diaria para aquellos clientes que visitaban el local, que con el tiempo supieron apreciar este esfuerzo reiterando cada vez más su presencia en el mismo.
Miguel y Juani cuenta con un espacio de cafetería para la degustación de cafés, almuerzos e incluso un menú diario que tiene un precio ajustadísimo y un salón comedor donde se puede disfrutar una oferta rica es pescados, carnes y arroces. Un lugar ideal para deleitarse con la buena mesa sin prisas y en un ambiente más relajado y cálido.
Por hacer un poco de historia comentaremos que el Restaurante se inauguró por Miguel Rodriguez y su exposa Juani allá por los años noventa, después de más de veinte años de experiencia en el sector, en los cuales Miguel junto al gran Antonio Galbis recorrió media España: San Sebastián, Palma de Mallorca o Barcelona entre otras provincias y traspaso fronteras llegando a cocinar en Francia y en Brasil algunos de los platos más conocidos de la cocina valenciana, entre ellos por supuesto varios arroces entre los que destacaban la paella valenciana o el arroz de pato. Cocinaban además la Fideuá, totalmente desconocida por entonces, sorprendiendo gratamente a todos los que podían degustarla.
Pero este esfuerzo de Miguel no quedaría en vano al relegar la gerencia en sus hijos Pedro y Paco, el primero al timón del establecimiento y el segundo comandando los fogones del Restaurante. Ambos han conseguido con el paso de los años colocar el nombre “Miguel y Juani” en lo más alto, al ganar o subir al pódium en los mejores torneos profesionales de gastronomía como el Concurso de Arrocito de Castellón, El Concurso de Puchero Valenciano, el Concurso de Caza y Bolets de Bocairent, el Concurso de Arroz Caldoso de Llutxent o los internacionales de Fideuá de Gandía o el de Paella Valenciana de Sueca. Este envidiable curriculum llevó al Restaurante a abrir su homólogo en Japón hace unos años y hoy ya tienen cuatro establecimientos con su nombre en el país asiático dedicado a los arroces valencianos. Incluso recibieron la medalla de oro de manos del Cónsul de Japón.
La historia de Miguel y Juani es una historia apasionante, de sacrificio y satisfacciones a partes iguales que denota un espíritu de superación poco común en esta profesión.
Hoy Miguel y Juani son otro de los importantes motivos para visitar esta bella localidad que además de un magnífica gastronomía atesora monumentos tan emblemáticos como la Iglesia de San Andrés, el Convento de Santa Bárbara o el Acueducto de la Mota (1842) y parajes tan espectaculares como Els Fornals.
También son importantísimas las fiestas de San Antonio Abad en enero, el mercado medieval en mayo, el Festival de Músicas del Mundo, el COTIF (El Torneo Internacional de Fútbol Sub-20) La Feria Gastronómica (octubre) o el festival agro-erótico (diciembre).
Como ven ustedes, hay motivos de sobra para acercarse a disfrutar de esta bella localidad.