Afortunadamente para la gastronomía valenciana, el  Restaurante Palace Fesol no ha sucumbido con el paso del tiempo ni con los acontecimientos más transcendentales  de los últimos cien años. Dos guerras,  una cruel dictadura de más de 40 años que cesaría con la democracia que vivimos hoy,  no han alterado lo más mínimo  a este COLOSO que abría por primera vez   sus puertas en el año 1909. Cierto es que los distintos sucesos  provocaron cambios sustanciales en su oferta,  necesitando  ajustarse a los nuevos gustos y a los nuevos tiempos  pero la realidad es que hoy es uno de los pocos establecimientos centenarios que quedan en Valencia donde poder disfrutar de la buena mesa.

Desde el comienzo, su respeto al tradicionalismo culinario, manifestado en una amplia lista del recetario valenciano y platos de cuchara  donde no faltaban los arroces ya le granjeó el respeto de la clientela de la época. Ello sumado a una cocina abierta al público, el cual podía visualizar cada rincón de la misma, aderezada con unas vitrinas donde se mostraban unos enormes pescados recién traídos de la lonja: doradas salvajes, lubinas, rodaballos, merluzas, corvinas y crustáceos como la langosta o bogavantes, testimonio visual de la calidad del producto con el que cocinaba, daban una extraordinaria confianza a todos los clientes que entraban en el local.

A partir de 1960 se convierte, por méritos propios, en uno de los templos arroceros valencianos y comienza a ser frecuentado por artistas, toreros, políticos y personas influyentes de la sociedad valenciana. Hoy sigue esta tendencia aunque con menor medida. Las paredes del local son una radiografía de estos últimos años, con una gran cantidad de fotos de muchos de ellos que las firmaron dedicadas al Palace en muestra de agradecimiento.

Ahora el local sigue pisando fuerte, reiterando su apuesta por la buena gastronomía y los arroces valencianos. Si su cocina es notable, no es menor su nivel de sala, cuyo personal trabaja como una maquinaria perfectamente sincronizada para ofrecer un servicio exquisito. Explican con soltura las características de los platos a requerimiento de sus clientes y dan un tratamiento excelente a los vinos. Además en horario no comercial imparten clases de hostelería y restauración en sus salones.

Ahora hay cierta relajación en sus servicios, afectados como el resto del sector por las vicisitudes de la pandemia, pero han creado un espacio limpio y seguro, con todas las medidas sanitarias respetadas: distanciamiento social, renovación de aire, gel antimicrobiano y un tratamiento escrupuloso de todos los alimentos.  Ello hace que el cliente se aleje de las preocupaciones y pueda disfrutar sosegadamente de la gastronomía del restaurante.

Sin duda el Palace forma parte de la historia de la gastronomía valenciana, una historia que estamos seguros que aún le queda muchísimo recorrido.

Está en la Calle Hernán Cortés número 7 de Valencia