PRESENTACIÓN DE LAS NUEVAS AÑADAS DE VEGAMAR

Que Valencia sea tierra de buenos vinos no lo discute hoy día nadie. Que nuestras bodegas estén ocupando puestos cada vez más altos en el ranking europeo no debe sorprender tampoco  ni a propios ni a  extraños. Pero claro en la elaboración, el mimo, la innovación, la utilización de las últimas tecnologías y un equipo humano que trabaja con pasión y con la precisión de un reloj suizo están la gran parte de los secretos que guardan sus caldos. Esto es tan importante que incluso en añadas en los que el clima es adverso pueden darse vinos excepcionales. Bodegas Vegamar es uno de estos casos, acaparando más de 40 prestigiosos premios en el último año y colocándose entre las mejores Bodegas de Europa. Estas buenas noticias la convierten en un referente de nuestros vinos tanto en el mercado nacional como internacional.

Las características citadas anteriormente forman  parte del ADN de  Vegamar, provocando que en poco más de cuatro años halla cuatriplicado la producción de sus vinos, pero si esto es sorprendente, lo es más aún, que gran parte de su producción se destina al consumo nacional, mercado copado hasta hace poco tiempo, por las referencias de Rioja o de la Ribera del Duero. Pero es que Vegamar tiene un pedigrí especial que hace que sus vinos como dice nuestro amigo Pablo Ossorio …”se vendan solos”. Basta una inclinación a la copa para percibir los aromas que desprenden cada uno de sus monovarietales, el equilibrio y la frescura en boca de los mismos y los matices característicos de cada una de las variedades que producen. Y es que los vinos de Vegamar dejan una profunda  huella y por ello este año sus monovarietales toman dicha denominación: Huella de Garnacha, Huella de Syrah, Huella de Merseguera, Huella de Merlot Rosé y Huella de Sauvignon Blanc.

El lunes pasado se presentaron en la tienda “Vegamar Selección” las nuevas añadas. Pablo explicó que la cosecha de este año se recogió un poco más tarde de lo habitual y estuvo condicionada a las lluvias que cayeron al final de la cosecha. Ese hecho condicionó, y mucho,  los vinos. Fue necesario un tratamiento especial para los vinos blancos en que no faltó la técnica de la estabulación, (procedimiento de las pieles de la uva, que se tratan a temperatura controlada) para situarlos a la altura de la calidad a que nos tienen acostumbrados.

Tras probar los nuevos monovarietales llegó el turno de Vegamar Crianza, Vegamar Reserva y el “Esencia de Vegamar”, buque insignia de la bodega que resume perfectamente la filosofía de esta bodega que cría sus variedades a 650 metros de altura en la localidad de Calles (Valencia). Esencia es un vino con una intensidad alta y potente donde se percibe la madera de roble francés y los toques de fruta roja madura. Es elegante y con una persistencia en boca potente. Además pudimos degustar su Vegamar Dulce, elaborado con 100% Moscatel de Alejandría y con un nuevo formato.

Mari Paz Quiles, enóloga de la Bodega, explicó los pormenores técnicos y organolépticos de cada una de las referencias presentadas.

Los medios que tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano las novedades de esta bodega adscrita a la DO Vinos de Valencia, quedamos sorprendidos con su evolución, pero estamos seguros que a pesar de estar en la lista de las mejores bodegas de Europa, de cosechar casi cincuenta premios anuales para varios de sus vinos, lo bueno está aún por llegar y si no, tiempo al tiempo.